¿Qué pasaría si todo sale bien?

¿Qué tal si eso que te preocupa ahora en realidad te lleva a algo mejor?

¿Y si ese rechazo abre una puerta que nunca hubieras imaginado?

¿Y si la lucha que estás enfrentando te está preparando justo para lo que necesitas?

Llevo meses haciéndome esta pregunta, y ha transformado por completo la forma en que veo los retos, los fracasos y la incertidumbre.

🖼️ Frase del día:

El cambio de perspectiva

La mayoría de nosotros estamos programados para asumir el peor escenario posible. Nos preparamos para el fracaso, la decepción y que todo salga mal.

¿Pero qué pasaría si le diéramos la vuelta a esa suposición?

¿Qué tal si, en lugar de preguntar “¿Qué puede salir mal?”, preguntáramos “¿Y si esto me lleva a algo extraordinario?”?

Esto no es positivismo tóxico, es optimismo estratégico. Cambia la forma en que tomas decisiones, enfrentas relaciones y encaras los desafíos.

Acción: Esta noche, escribe cuál es tu mayor preocupación actual. Debajo, escribe: “¿Y si esto sale mejor de lo que puedo imaginar?”. Luego, anota 3 maneras específicas en que esto podría beneficiarte a largo plazo.

La energía de la posibilidad

Cuando operas desde la pregunta “¿Y si todo sale bien?”, tu energía cambia por completo.

En lugar de protegerte del fracaso, comienzas a prepararte para el éxito. En lugar de jugar a la defensiva, tomas la ofensiva. En lugar de solo resolver problemas, empiezas a crear oportunidades.

Este cambio de energía lo transforma todo: cómo te perciben los demás, qué oportunidades aparecen y cómo te presentas en los momentos clave.

Acción: Durante los próximos tres días, comienza cada mañana preguntándote: “¿Y si hoy supera mis expectativas?”. Escribe una forma específica en la que te vas a preparar para que eso suceda.

El efecto compuesto de la fe

Esto es lo que he notado: las personas que consistentemente se preguntan “¿Y si todo sale bien?” tienden a experimentar más cosas que realmente sí salen bien.

No porque el universo sea mágico, sino porque:

• Toman más riesgos calculados

• Se recuperan más rápido de los fracasos

• Notan oportunidades que otros no ven

• Inspiran confianza en los demás

• Persisten más en medio de los desafíos

Tener fe en un resultado positivo literalmente crea más resultados positivos.

Acción: Elige un área en la que has estado dudando o sintiéndote pesimista. Durante una semana, enfréntala con fe total en que va a salir bien. Actúa desde ese estado mental y observa qué cambia.

El Reto de Siete Días

Esta semana, reemplaza cada pensamiento de preocupación con esta pregunta: “¿Y si todo sale bien?”

¿Tienes una entrevista de trabajo? ¿Y si supera tus expectativas?

¿Hay una conversación difícil pendiente? ¿Y si los acerca más?

¿Estás por empezar un nuevo proyecto? ¿Y si se convierte en tu gran oportunidad?

¿Un reto de salud? ¿Y si te lleva a convertirte en tu versión más fuerte?

Lleva un registro de cómo este cambio afecta tus acciones, tu energía y tus resultados.

Recuerda: solo tenemos una vida. Puedes pasarla preparándote para lo peor o posicionándote para lo mejor. Ambas son decisiones.

¿Qué pasaría si eligieras la posibilidad?

Solo una vida,

Esteban
Fundador de EstoicoVivir

Hasta la próxima entrega!